Con un corazón lleno de gratitud y alegría, la familia salesiana del Cusco vivió la visita del P. Hugo Orozco Sánchez, quien con sencillez y cercanía transmitió el mensaje de Don Bosco e invitó a mantener siempre un corazón limpio, alegre y unido a Dios.
En un ambiente de alegría y fraternidad, el Colegio Salesiano del Cusco dio la bienvenida al P. Hugo Orozco Sánchez, consejero regional para Interamérica, quien visitó nuestra casa salesiana para compartir con educandos, educadores, y miembros de la comunidad salesiana.
«Hoy me da alegría de verlos y me ha emocionado mucho verlos bailar, me encanta cuando hacen cosas como el deporte, la acrobacia, como el arte, pero también como el baile. ¡Claro que hay unos que son más tiesos que otros!. Los felicito».
La jornada inició con una oración y presentaciones artísticas a cargo de los educandos de primaria y secundaria, quienes expresaron con entusiasmo la identidad salesiana que los caracteriza. En este marco, se entregó un presente al P. Hugo como muestra de gratitud por su presencia en el colegio.
Posteriormente, el P. Hugo Orozco compartió el tradicional “Buenos Días Salesiano”, donde animó a los educandos a defender la alegría siguiendo tres consejos fundamentales:
“Nunca dejar de ser amigos de Dios, nunca dejar de aprender cosas nuevas y nunca dejar de jugar. Acuérdense que Don Bosco nos invitaba a ser santos, siendo siempre alegres.”
Durante su visita, el Consejero Regional también sostuvo encuentros significativos con diferentes grupos de la Familia Salesiana: la Promoción 2025 Pier Giorgio Frassati, el equipo de gestión y pastoral, la comunidad educativa salesiana, y miembros de la Casa Don Bosco. En cada espacio, transmitió su cercanía y el mensaje de Don Bosco, invitando a todos a mantener un corazón limpio y alegre que nos acerque siempre a Dios.
La comunidad salesiana del Cusco agradece profundamente la visita del P. Hugo Orozco Sánchez, quien deja en nosotros un renovado compromiso para seguir adelante en nuestra misión educativa y pastoral, fortaleciendo el espíritu salesiano que nos une como familia.